1. VINO
Un producto ancestral que se ha producido al menos, desde la llega del Imperio Romano.
Bebida de dioses y de humanos, cuidado con mimo y fruto de fuerte trabajo.
Los vinos de la Ribeira Sacra se cultivan en escarpadas laderas al lado de los ríos Miño, Sil, Cabe, Búbal y Biebei.
No debes olvidar probar las variedades más típicas de la Denominación de Origen Ribeira Sacra, en los tintos la Mencía y en los blancos el Godello.
Vendimia 2019. Soutochao. Doade
2. LICORES Derivados del vino.
Elaborados con la llamada “augardente”, orujo blanco. Todavía hoy en día de la zona se exportan “augardenteiros” a las Rías Baixas con el fin de elaborar, de manera estacional, esta fuerte bebida en otras zonas de viñedo.
Los sabores más tradicionales son el de café y el de hierbas. Sin embargo, destaca también la elaboración de licores con sabor a frutas locales, arándanos, fresa, moras… así como la crema de orujo.
3. ACEITE
Brava y Mansa. Así se conocen las variedades autóctonos del Valle de Quiroga y Ribas de Sil.
Sus plantaciones tienen tanta antigüedad como la de los viñedos. Ya en tiempos de los romanos el aceite del sur de Lugo era conocido en Roma. Plantaciones abocadas al olvido debido a las cargas fiscales de los Reyes Católicos y luego, del Conde Duque de Olivares. Hoy en día conservadas gracias al cultivo para para el autoconsumo por los vecinos.
Es ahora, cuando algunos de ellos deciden comercializar lo que se denomina “oro líquido”.
4. MIEL
Las abejas son, sin lugar a dudas, las grandes amigas de la primavera.
Polinizan y permiten que parajes tan frondosos como el que rodea Ribeira Sacra se tornen en una nueva gama cromática en los meses de mayor calor.
El dulzor del fruto por excelencia en la zona, la uva, convierte las laderas de los ríos Sil, Miño y Cabe en una melodía sin igual que, por descontado, se traslada a los matices de la miel.
Muchos de los viticultores también son apicultores a pequeña escala, que recogen este producto con toques de sabor de la flora en la que viven.
5. CASTAÑA
Producto típico del interior de Galicia, en la cual predomina el bosque autóctono de castaños y carballos – robles-.
Este fruto ha sido, durante siglos, elemento principal en la alimentación de los gallegos lo que ha permitido a la población superar años de malas cosechas.
Hoy, una delicatessen que se consume de diferentes formas: asadas, cocidas, en guiso, con leche, en helado, glaseadas, como harina…
6. CEREZA
Es en este momento cuando la cereza está lista para su consumo, finales de mayo, principios de junio.
Este fruto se da en toda la zona, sin embargo, destacan, en cuanto a producción, las zonas de San Clodio, en Ribas de Sil, y Belesar, O Saviñao y Chantada. Estas dos localidades gozan, en período de normalidad, de ferias de la cereza propias.
San Clodio, en el Sil, y Belesar, en el Miño. Nos ofrecen en el mes de marzo y abril una fotografía con los cerezos en flor que no dejará indiferente a nadie.
7. NUEVOS SABORES
Vermut, vodka, ginebra, cerveza, vino rosado, espumoso…
Algunos de los más osados han salido de la zona de confort en la que se ubica el producto tradicional y han decidido regalarnos nuevos y arriesgados sabores.
Es el caso del vermut, procedentes del fruto por excelencia de la Ribeira Sacra, la uva, con un formato divertido y un sabor extraordinario se nos presenta no sólo como Rojo y Blanco, sino también como Negro, un agradable vermut elaborado con uva blanca, aromatizado como uno tinto y con unos sutiles toques de caramelo.
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